sábado, 18 de agosto de 2012

Señor, ¿por qué siempre te llevas a los mejores?


Esta mañana al despertar, como cada día te tome entre mis brazos, un sudor frío me recorrió la espalda cuando descubrí que no podías arrancar. Lo supe al instante, te había perdido.
Compartimos los seis últimos años y fuimos muy felices, es todo cuanto puedo decir. Ahora dejas 6 juegos y  un volante huérfanos. Y sobretodo un amante desconsolado.
Es cierto que ya no te tocaba lo mismo que antes, reconozco que no te dedicaba el mismo tiempo, pero nunca te quise menos por ello, porque sabia que al llegar a casa siempre estarías ahí.
Al principio todos me decían que solo querías mi dinero y que 40GB era muy poco para mi, pero yo no les quería hacer caso. Nos lo pasábamos bien juntos y eso era lo importante.
Recuerdo noches en vela jugando, y  más de una vez acompañada por su amanecer, y recuerdo dormirme con tu mando entre mi pecho del agotamiento del placer.
Y cuantas veces me traje amigos para que jugasen contigo también, y todos reían y disfrutaban y decían lo buena que eras. No como esa otra, la XBOX con la que nadie parecía querer jugar.
Se que dije que nunca estaría con otra, pero tu vacío es muy grande y tanto yo como tus seis juegos y el volante necesitan a otra, así que como nunca has tenido mucha memoria espero que no me lo tengas en cuenta.
D.E.P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario