martes, 19 de julio de 2011

Mi historia perfecta.

"Porque contigo es otra historia, una historia perfecta" escribió ella en el papel.






Nunca me he considerado un buen escritor. Carezco de las cualidades mínimas exigidas a cualquier valiente literato, convencido de llenar un folio en blanco de palabras conexas capaces de estructurar una historia y dejarla viajar sobre la conjunción de sus frases como si de una carretera se tratase.
Sin embargo, a menudo me vi forzado a expresar mis sentimientos, ocultos en breves relatos y enmascarados bajo falsos argumentos de ficción.
De esta forma, mi cuerpo incapaz de contener toda sus emociones, las dejaba volar al papel y las vestía de palabras liberándose de tan pesada carga.
Si he de ser sincero, y como buen narrador por el bien del lector expectante, debería serlo, no recuerdo cómo empecé a compartir mis escritos.
Pese a mi apariencia desenfadada y mi frecuente ataque de verborrea, en mi interior soy uno igual que el resto, temeroso del juicio de los demás.
Así que no sé cómo conseguí mostrar mis primeros relatos y posteriormente obtener este trabajo de columnista.
No quiero confundir al vivaz lector, sé cómo todo se desarrolló, sin embargo no recuerdo el momento exacto, puedo decir que cuando ella irrumpió en mi vida, ésta no volvió a ser igual y aun así no puedo decir que ella cambiara nada.
La gente que como yo esté acostumbrada a mudarse con frecuencia, ya sabrá que en muchas casas bajo la pintura hay más pintura, y a veces hay que escarbar muchas capas hasta encontrar el color original.
A ella no le costó nada, entró como el viento por la mañana, y se llevó consigo todas las capas, dejando a la vista el color original.
Una tonalidad carne representativa de mi absoluta desnudez ante su mirada, pero no se trata de un nudismo tímido ocultando mis partes tras una hoja de laurel, os hablo de un nudismo orgulloso de las imperfecciones con las que fue cincelado su cuerpo, pues bajo la suave caricia de la persona amada, qué importan las miradas reprochantes y juiciosas.
A través de sus ojos descubrí una parte de mí que me gustaba. Bajo su atenta mirada, me convertí en la clase de persona que siempre había querido ser, llegué al máximo de potencial y sin más ayuda que el hechizo de su sonrisa.
No voy a entrar a valorar ahora todas sus cualidades pues me podría llevar una vida, y sería en balde, pues aún así el lector sería incapaz de hacerse una mínima idea de su valor real.
Pues mi amor por el sentimiento escrito reconoce que en determinadas ocasiones el poder de la palabra enmudece ante la magnitud de contadas personas incapaces de ser contenidas en un único relato.
Es por ello que nunca escribo sobre ella, y sin embargo su esencia está en todos mis relatos, cada minúscula porción de su ser, es la luz que guía mis historias por el entramado mar de la complejidad de la literatura.
Si no fuera por ella, a duras penas sobreviviría en un mundo sin límites, forjado por la fuerza de la tinta al golpear el blanco papel.
Es por ello, que más allá de la imaginación compartimos una vida que tal día como hoy hace ya un tiempo iniciamos, y la celebración no nace del tiempo compartido sino del tiempo, que asomando en el horizonte, nos dice que aún nos queda una vida entera que compartir.
El secreto de porqué un día me convertí en una persona capaz de transmitir mis historias y llegar a otras personas, se oculta en el día en que cesamos nuestro intento de escribir  nuestras vidas por separado y, decidimos uno junto al otro, escribir un relato mejor.
Así que no tengo certeza de ser un buen escritor, no tengo el alma de cocinero, no poseo la paciencia necesaria para dominar el arte del fuego lento e incluso dudo de si sabré poner el corazón en la masa, pero en verdad no es cosa que me importe, ya no sueño con narrar la historia perfecta ahora me conformo con vivirla.

3 comentarios:

  1. No sé qué escribir, porque ninguna palabra me parece justa y suficiente para describir todo lo que siento, y agradecerte todo cuanto me das. Solo decirte una vez más lo que ya sabes. Gracias por aparecer en mi vida y quedarte. Uno más, y también uno menos para que llegue nuestro momento, entonces la historia sí será totalmente perfecta :).
    Te quiero.

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  2. Nadie es consciente que las letras no van una tras otra sino conjugándose. Sigue conjugándolas.

    Blogsaludos

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  3. .... una historia perfecta,,, un relato perfecto... :)

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